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Constante visita al médico

Asistir al geriatra (especialista encargado de los problemas médicos de los individuos de la tercera edad) de manera periódica es una decisión acertada, pues tal como ocurre en otras etapas de la vida, la asesoría de un especialista en salud no es un síntoma de debilidad, sino una actitud prudente, madura y de autoestima muy positiva que hace frente al posible desarrollo de enfermedades.

En una revisión médica de una persona mayor de 65 años se tienen que evaluar presión
sanguínea, pérdida de masa muscular, auditiva y visual, deterioro de las funciones mentales o problemas de tiroides. La salud bucal también debe revisarse con frecuencia, y en el caso de las mujeres, tienen que realizarse periódicamente una mamografía para detectar a tiempo cáncer en esa zona.

Además de los trastornos anteriores, debe vigilarse el posible desarrollo de enfermedades como diabetes tipo 2 (en la que no se depende de la insulina), cáncer y trastornos relacionados con la circulación sanguínea. De manera particular, cada tres años las mujeres tienen que realizarse un examen de cuello de útero y los hombres de próstata y colon, con la finalidad de prevenir la aparición de cáncer; asimismo, las féminas deben realizarse estudios minuciosos para evitar el desarrollo de osteoporosis.
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Última etapa del adulto mayor

El anciano debe valorarse como un individuo que posee un cúmulo preciado de experiencia que puede trasmitir a los jóvenes en el interactuar diario.
Debe dársele la oportunidad de seguir siendo parte del sistema productivo en actividades que permitan sentirse útil.

Con relación a la vejez como última etapa, habría que incluir los principales eventos que los autores han descrito para la misma, a saber: la viudez, la abuelita, el papel de los cuidadores del anciano y del anciano como cuidador, la jubilación y la muerte.

Uno de los cambios desde el índole social que ocurren en la vejez es la jubilación. Al hombre jubilado le es más difícil reencontrarse en el hogar, y en muchas ocasiones aparecen vivencias de soledad y de perdida de hogar y en muchas ocasiones aparecen vivencias de soledad y de perdida de lugar. La mujer jubilada continúa su rol doméstico que antes compartía con el laboral social y vivencia como un cambio transicional más natural, la pérdida de sus status social y si estancia a tiempo completo en el hogar. La jubilación constituye entonces un evento vital a considerar por la familia.

El anciano de hoy se queja de su falta de autoridad, en el núcleo familiar dado por la independencia que van tomando los hijos, la dependencia económica del anciano hacia ellos, la imposibilidad muchas veces de realizar todas las actividades hogareñas que antes realizaba, entre otros factores.
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Los cuidadores de mayores

Los cuidadores familiares de personas mayores dependientes son personas que, por diferentes moticos, dedican gran parte de su tiempo y esfuerzo a desenvolverse en su vida diaria, ayudándolas a adaptarse a las limitaciones que su discapacidad funcional les impone.

También los mayores cuidan de los propios mayores, como ocurre en los numerosos casos de parejas en las que un miembro cuida al otro que tiene peor salud. En nuestra sociedad existe la idea de que la mujer está mejor preparada para asumir este papel por la educación recibida y por tener un mayor espíritu de sufrimiento y de colaboración.

Las personas que ejercen de cuidadores informales padecen una gran carga emocional provocada por la responsabilidad de cuidar a sus seres queridos.
Se generan problemas físicos y psíquicos asociados a la tensión provocada por la atención constante al paciente. Por ello es importante encontrar maneras prácticas de enfrentarse a esta situación y buscar ayuda.

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Mente sana

Muchos especialistas coinciden en señalar que si la capacidad de las neuronas disminuye es porque no se recurre a ellas, y agregan que la mejor manera de mantener mente y memoria lúcidas es ejercitando al cerebro mediante trabajo intelectual, actividades culturales, creativas, deportivas o sociales.

De ahí que se recomienda a los adultos mayores que realicen actividades provechosas que ayuden a fortalecer las cualidades de lógica y pensamiento con las que todo individuo cuenta, tales como aprender nuevas actividades como canto o fotografía, practicar lectura y juegos (ajedrez o dominó) que además les ayudarán a mejorar sus relaciones sociales.

Ante todo, es muy importante que la persona de la tercera edad se considere a sí misma con capacidades y destrezas que pueden cultivar como cualquier otro individuo. Si juventud o niñez tuvieron su encanto, no hay razones para pensar que la vejez está exenta de satisfacciones y oportunidades para vivir dignamente y ser cada día mejor ser humano.
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Razón de cuidado a mayores

El aumento de la esperanza de vida, entre otros factores, condiciona en las personas mayores la aparición de enfermedades crónicas y discapacidades que derivan en la dependencia. Los problemas que mayor dependencia originan son enfermedades neurológicas como la demencia tipo Alzheimer, enfermedad de Parkinson o los accidentes cerebrovasculares.

En nuestra sociedad son varios los individuos que realizan la función de cuidadores principales de estas personas mayores dependientes.

Este apoyo, proviniente en general de familiares y que son en su gran mayoría mujeres, está comprobado que es el recurso más importante para garantizas una calidad de vida mínima a estos mayores con problemas en la realización de las actividades básicas de su vida diaria, como puede ser levantarse, asearse e incluso comer.