También los mayores cuidan de los propios mayores, como ocurre en los numerosos casos de parejas en las que un miembro cuida al otro que tiene peor salud. En nuestra sociedad existe la idea de que la mujer está mejor preparada para asumir este papel por la educación recibida y por tener un mayor espíritu de sufrimiento y de colaboración.
Las personas que ejercen de cuidadores informales padecen una gran carga emocional provocada por la responsabilidad de cuidar a sus seres queridos.
Se generan problemas físicos y psíquicos asociados a la tensión provocada por la atención constante al paciente. Por ello es importante encontrar maneras prácticas de enfrentarse a esta situación y buscar ayuda.
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