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Caida De Cabello


Con el paso del tiempo, el pelo envejece y deja de crecer hasta que se cae. El proceso es el siguiente: el colágeno que lo recubre se vuelve rígido y, consecuentemente, lo aisla de sus elementos nutrientes. De esta forma, primero se ahoga, después se debilita y, finalmente, acaba por caer.
Pero las causas pueden ser muchas otras, no sólo la vejez. Entre los motivos más frecuentes están el estrés, una mala alimentación o el uso de productos capilares agresivos, además de los factores genéticos y hormonales (el embarazo, el abandono de un tratamiento de anticonceptivos, el pos parto o la menopausia son algunos de ellos).


Para prevenir la caída, la utilización de productos adecuados, masajes en el cuero cabelludo y buenos cepillados que estimulen la circulación, acompañados por una alimentación equilibrada, pueden ayudar mucho.

De todas formas, no debemos alarmarnos si vemos que perdemos entre 50 y 100 pelos diarios, ya que esto es totalmente normal. Cada día caen pelos que son renovados por otros nuevos. Por ejemplo, cuando llega el otoño, se nos cae con más frecuencia y suele ser debido al cambio de estación y a los estragos del verano (sol, cloro, sal). Pero podemos decir que hay un problema de pérdida cuando caen más de 100 al día, disminuye el volumen de la cabellera y el pelo se vuelve
más fino.

¿Existe algún tratamiento para la caída del cabello?

Hay tratamientos disponibles dependiendo del tipo de caída del cabello. Si un medicamento le está ocasionando la caída del cabello, su médico podría prescribirle un medicamento diferente. El reconocer y tratar una infección podría ayudar a frenar la caída del cabello. Corregir un desequilibrio hormonal puede prevenir la caída adicional del cabello.

Los medicamentos también podrían ayudar a desacelerar o a prevenir el desarrollo de la calvicie común. Un medicamento disponible es el minoxidil (nombre de marca: Rogaine) que se puede comprar sin receta médica. Este se aplica al cuero cabelludo. Tanto el hombre como la mujer lo pueden usar. Otro medicamento disponible es el finasteride que requiere receta médica para poder comprarse. Este viene en forma de píldoras y es sólo para hombres. Puede tomarse hasta 6 meses antes de que usted pueda ver si uno de estos medicamentos está funcionando.

Si no existe un medicamento adecuado para el tipo de caída de cabello que usted presenta, es probable que usted considere cambiar el estilo de peinado o corte, usar pelucas o postizos, hacerse entretejer cabello o hacerse un implante de cabello artificial.

¿Mi médico puede hacer algo para frenar la caída de mi cabello?

Posiblemente. Su médico probablemente le hará algunas preguntas acerca de su dieta, sobre
cualquier medicamento que usted esté tomando, si usted ha tenido una enfermedad reciente y cómo se cuida el cabello. Si es mujer, el médico puede hacerle preguntas con respecto de su ciclo menstrual, embarazos y menopausia. Su médico querrá hacerle un examen físico para buscar otras causas para la caída de su cabello. Finalmente,
pruebas de sangre, o una biopsia (sacar una muestra pequeña de células para examinar bajo el microscopio) de su cuero cabelludo puede necesitarse.

¿Pueden ciertos cortes de cabello o tratamientos causar la caída del cabello?

Sí. Si usted se hace trenzas sueltas o trenzas pegadas al cuero cabelludo, o si usa rulos apretados, la tensión en el pelo puede ocasionar un tipo de caída de cabello llamada alopecia por tracción. Si la tensión se frena antes de que se forme tejido cicatrizal en el cuero cabelludo su cabello volverá a salir normalmente. No obstante, el tejido cicatrizal puede causar la caída permanente del cabello. Los tratamientos de aceite cliente "hot oil treatments" o las substancias químicas
que se usan en las permanentes pueden causar inflamación, es decir hinchazón del folículo piloso que puede traer como resultado la cicatrización y caída del cabello.
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Memoria en forma


Todas las personas, al llegar a cierta edad, experimentan pérdida de la memoria a corto plazo. Normalmente comienza a ocurrir entre los cuarenta y cincuenta años de edad, y se manifiesta inicialmente como episodios periódicos de pérdida de memoria.

Esto suele ocurrir casi al mismo tiempo en que las personas comienzan a experimentar también problemas en la vista como
visión borrosa, por ejemplo al leer o trabajar con la computadora. Este problema, denominado presbicia, está vinculado a la edad y afecta a gran parte de la población después de los 40 años. Tratarlo es tan fácil como usar lentes de contacto o anteojos.
Pero lamentablemente no existen “lentes” o “anteojos” que ayuden a prevenir o a mejorar los problemas relacionados con la capacidad mental. Aunque pruebas recientes demostraron que existen algunos hábitos que reducen este problema.
Lo que sigue a continuación son algunos de los ejercicios sugeridos por los especialistas para mantener su cuerpo y mente en forma, de modo que usted pueda continuar funcionando y
viviendo independientemente sin la ayuda de nadie hasta los ochenta o noventa años de vida.
Usar su memoria en grado moderado puede ayudar a mantener los circuitos del cerebro “aceitados”. La clave está en la moderación, puesto que demasiada tensión (física o mental) puede disminuir su capacidad de memoria. Se recomiendan los rompecabezas, jugar al ajedrez, o aprender una nueva habilidad. Estos “ejercicios” pueden ayudar a la mente a tener el entrenamiento que necesita.

El ejercicio físico es tan importante como el ejercicio mental para mantener la mente en forma. Diversos estudios han demostrado que los individuos que tienen por lo menos 30 minutos de ejercicio aeróbico cinco días por semana mejoran notablemente en las pruebas de cognición y de memoria.
Controlar la presión arterial es crucial para conservar las habilidades mentales.
Las investigaciones disponibles han encontrado que la presión arterial alta (más de 140 / 90) es un contribuyente principal en la génesis de algunos de los tipos de afectación cerebral más comunes. Medidas como el ejercicio y la reducción de sal en las comidas, la pérdida de peso pueden ayudar a disminuir la presión arterial elevada.
Algunos medicamentos pueden afectar negativamente la memoria y la capacidad mental. Algunos de ellos son: antidepresivos, antihistamínicos, medicaciones contra la ansiedad, alcohol, pastillas para dormir, y otras.
Dormir lo suficiente sueño es también importante para mantener la memoria y la capacidad mental. La mayoría de las personas necesitan ocho horas de sueño por noche para funcionar bien durante el día. Una buena prueba es notar si al levantarse a la mañana usted se siente cansado. Si le es difícil despertarse sin un despertador, o si usted se siente agotado, es necesario dormir más.

A mayor estrés, menos memoria. Mientras cierto estrés es necesario para mantener nuestro cerebro alerta y despierto, el aumento de la tensión puede reducir la capacidad de memoria dramáticamente.
El poder almacenar cosas en la memoria para luego recuperarlas depende de:
a) ser motivado para prestar atención a la información,
b) almacenar la información deliberadamente (vía repetición, algún dispositivo mnemónico, o pura concentración) y
c) “etiquetar” la información mentalmente para poder “llamarla” cuando sea necesario. Todo esto requiere un esfuerzo deliberado. Es también de ayuda organizarse escribiendo las cosas, usando planificadores o agendas, o haciendo listas.

¿Y los "jueguitos"?

Diferentes estudios han encontrado que cualquier actividad que requiera resolver problemas -como armar rompecabezas- o jugar juegos de memoria retardará la declinación de la capacidad mental dependiente de la edad y consolidará las habilidades adquiridas.

Hay juegos para computadoras que ayudan a ejercitar la mente. Estos juegos requieren de aprender nuevas habilidades; implican la utilización de la memoria, solución de problemas, reconocimiento de cosas, detectar y evitar colisiones, y habilidades fundamentales de coordinación de la mano y la vista (mouse/cursor y propiedades básicas del teclado).
Estas son las mismas habilidades fundamentales que usted utiliza al realizar tareas rutinarias como conducir un coche en una calle transitada, estacionarlo, embalar o desempaquetar comestibles, cargar o descargar un lavarropas, o hacer trabajos manuales. Y como con cualquier actividad, la práctica y la repetición mejorarán su funcionamiento.


Fuente: enplenitud.com

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Cambios psicológicos y sociales en los adultos mayores


A medida que se envejece, se puede dificultar la vida activa por a tres factores principales:
• Invalidez progresiva producida por el proceso normal de envejecimiento fuera de toda relación con procesos patológicos.
• Acentuación de los efectos de las enfermedades crónicas.
Problemas psicológicos y sociales debidos generalmente a situaciones familiares y económicas

Empezamos a envejecer antes de nacer y seguimos haciéndolo a lo largo de toda la vida.
El envejecimiento es un proceso natural que se debe recibir con beneplácito. La esperanza de vida ha aumentado en forma muy pronunciada desde el fin del siglo XX a escala mundial.
Actualmente hay en el mundo aproximadamente 600 millones de adultos mayores y se estima que para el año 2020 serán 1,000 millones.
Sabemos que hay dos tipos de envejecimiento: el que se podría llamar natural, provocado por el mero transcurrir del tiempo, ese tiempo que se extiende desde que nacemos hasta que morimos y que desde él vamos produciendo cambios; y el denominado socio-génico provocado por las
condiciones socio-culturales-económico-políticas que ubican o insertan a cada persona en un lugar determinado de la cadena etaria.

El organismo envejece, esto es, va sufriendo la acción del tiempo
y va transformando sus características y posibilidades, pero también es cierto que tanto las características como las posibilidades son recogidas por el entorno social para fijar pautas, y dictaminar qué puede y qué no puede, qué debe y qué no debe hacer una persona a la que llama “vieja”.
En el caso del adulto mayor en especial, se agrega otra marca conocida, clara y casi fatal por sus consecuencias, la de la edad de la jubilación.

Se le dice: “Ya has cumplido, ahora tienes que descansar y dejar tu lugar a otros más jóvenes”.
No importa si él se encuentra en la cúspide de su rendimiento, capacidad o experiencia, con resto para transmitir lo que sabe y con tela para seguir aprendiendo.
Tampoco importa si, por el contrario, hace 10 años que da muestras de cansancio y de claudicación (física y/o psíquica) o si, harto de la tarea que ha venido desempeñando desde hace ya 4 ó 5 décadas, sus días transcurren en el suplicio de la espera.
A fuerza de ser empujado a “ocupar su lugar”, la desmoral
ización lo invade, la depresión lo desactiva y domina y en esas condiciones, no tiene más remedio que dejar hacer. Porque el adulto mayor tiene que empezar a actuar como tal, porque esto es lo “socialmente correcto”, puede sentirse tan desanimado, tan desesperanzado, tan afrentado por las injusticias de toda índole, que llega a descargar sobre sí mismo lo que de buena gana descargaría sobre su prójimo.

Si el niño es vulnerable por inmadurez, el adulto mayor lo es por hipermadurez. Y así, aunque generalmente provisto de más experiencia, más conocimientos y más capacidades que muchos de los jóvenes que lo desplazan, se encuentra más sujeto a las reprensiones de éstos, a sus reprobaciones y a los dichos de toda especie que, por tradición, suelen propinársele.

En este sentido, y para encuadrarse en el estereotipo y no ser señalado, es habitual ver encorvarse a viejos que podrían caminar erguidos, incluso autoexcluirse del campo de la seducción y renunciar al adorno y al atuendo atractivo por miedo al mote de “viejo verde”.
En suma, es curioso observar como los
viejos se auto-convencen de incapacidades que muchas veces no tienen, por el mero hecho de que “así tiene que ser porque así lo señalan los demás”, mandato que, tanto implícita como explícitamente, llega a tener fuerza de ley.
El conjunto de estos mandatos y muchos otros engendra, además, patologías diversas, desde las somáticas a las psíquicas y, entre ellas, y especialmente la depresión. No obstante, aún cuando la depresión cala hondo, un reflejo sano de auto-conservación impele a seguir viviendo.
Lo que obliga a preguntarse sobre la forma de seguir que se pondrá en juego, esto es, qué calidad de vida se proveerá para que este seguir viviendo tenga sentido.

Hasta aquí lo que ocurre con los adultos mayores sanos. Es obvio que no todos lo son. Los hay que padecen enfermedades diversas y también discapacidades varias. Se diría coloquialmente, que si ser viejo fuera poco, encima está el padecer dolencias varias. El adulto mayor suele cargar con la vergüenza de su minusvalía, una vergüenza gratuita, naturalmente, pero que para algunos resulta poco menos que insoportable. Por lo que se ve retraído, rehuyendo el contacto con otros, rumiando su pérdida de elegancia, temeroso de mostrarse en público por las burlas que, lamentablemente suelen acompañar su paso.

Naturalmente, no siempre ha sido así. Hubo tiempos en que los viejos eran los sabios, los consejeros, los escuchados, los consultados, los valorados. Hoy, con la desacralización de la vida, con la falta de respeto por la naturaleza y por todo lo que huela a valor tradicional, el adulto queda desinvestido de todos los valores que alguna vez lo adornaron y ya no importa cuánto vale, cuánto puede, cuánto sabe. Mas bien, se decreta todo lo contrario.
El individuo nace conjuntamente con la sociedad. De lo contrario, no había ni uno ni otra; una vez instalada la sociedad, cada nuevo sujeto que nace lo hace en un contexto social. Es el grupo en el que se cría el que determinará, qué y cómo será cada uno de nosotros.

La sociedad con sus prejuicios, sus mandatos, sus estereotipos, sus normas, sus ideales y sus sanciones, pesa sobre todos los sujetos en el sentido de controlar la capacidad para el hacer, para la producción. Con ello condiciona (o empuja) al adulto mayor, hacia una más rápida declinación.
Es como si constantemente le estuviera señalando que hay un punto final más cercano al que tiene que ir adecuándose. Se le suele aconsejar que “descanse”, que “no se agite”, que “ya hizo bastante y ahora tiene que dejar que otros hagan por él”. De algún modo, se pretende transformarlo en un ser dependiente, en un inválido, aunque este resultado, cuando ocurre, sea lo contrario de lo que, en realidad, se deseaba. Tampoco se tienen en cuenta las repercusiones internas que tienen éstas “amorosas” recomendaciones.


Por lo tanto, habría que ver a la vejez o al adulto mayor como una etapa más de la vida, no como una enfermedad, saber que la vejez no es sinónima de decrepitud y deterioro, sino que puede ser una etapa lúcida y rica del ciclo vital. En la mayoría de los casos, el adulto mayor sano quiere dar protección más que recibirla y, lejos de esperar pasivamente la muerte, lo que desea es seguir emprendiendo y produciendo nuevas realizaciones, no importa si llegan a completarse o quedan inconclusas, lo importante es el proceso en que el sujeto puede embarcarse, más allá de si puede concluirlo satisfactoriamente o no.

Fuente: enplenitud.com
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El baile: una terapia divertida

Muchas personas mayores practican esta actividad, como forma de volver a sentir algunas sensaciones olvidadas o que simplemente nunca habían experimentado. La mente se relaja y el cuerpo olvida sus enfermedades y preocupaciones.


Al bailar, nos relajamos y la actitud corporal mejora. Se conocen nuevas formas de movimiento, y uno puede relacionarse con otras personas en un clima de fiesta, diversión y alegría. La persona mayor disfruta del momento por ser único, el ambiente agudiza sus sentidos mas profundos y aliviana las preocupaciones momentáneamente.


El ánimo y el baile


El ánimo mejora incluso la relación personal y la forma de convivir consigo mismo. Aumenta el incentivo para la creatividad, ayuda a tomar decisiones, a ser mas espontáneos, mas autónomos y a alejarse de la depresión, frustración y soledad.


Tomar clases de baile alimenta el interés por iniciar un nuevo camino de aprendizaje. De tener nuevos incentivos, nuevos intereses, de aprender a comunicarse de otra forma, a estudiar como en épocas pasadas, de volver a creer en uno mismo y ponerse a prueba, de volver a conocerse.
También es una forma de emplear el cuerpo como medio de expresión que involucra necesariamente la relación con otras personas. Riéndose, jugando, empleando los sentidos.


La relajación


Las personas mayores que practican esta actividad, consiguen relajarse y recuperar la alegría perdida y tener una regularidad que le permite olvidar las consecuencias del envejecimiento y sentirse joven nuevamente.


También es una excusa para combatir la quietud y dejar de lado ciertos problemas emocionales. Bailar es conocerse a uno mismo y a otros, es proteger su salud y prevenir la enfermedad, teniendo en cuenta los beneficios físicos que provee.No debe olvidarse tampoco, que muchas personas mayores tienen verdadera pasión por el baile, y que una gran mayoría de ellas, deja la actividad por considerarse “demasiado viejos” para eso. Al respecto, los especialistas recomiendan todo lo contrario.


Todo aquel que tenga la posibilidad de moverse, puede bailar, y hacerlo le permitirá mejorar su estado, físico y mental.
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Entre los nietos y los abuelos.



La relación entre abuelos y nietos es por definición muy especial puesto que existen los factores afectivos que tendríamos con nuestros hijos, con el aliciente de que ya tenemos nuestra vida resuelta y podemos disfrutar al máximo de ellos.

Pero es importante que los niños no solo se lo pasen bien, sino que el tiempo pasado con sus abuelos sea productivo.

Deben sentirse orgullosos de nosotros porque no todos los niños tienen ya a sus cuatro abuelos.

- Lectura: a nuestros nietos les encantará escuchar cuentos independientemente de su edad. A los mayores les gustará escuchar historias vividas por su abuelo, al que sin duda verán como un héroe. Además, de esta manera "alimentarás" su afición por la lectura y su capacidad de prestar atención. Algo que agradecerán padres y educadores en toda la vida escolar que les queda por delante.

- Nuevas tecnologías: puedes aprender conocimientos de informática en muchos cursos gratuitos. Las posibilidades que hacer con los nietos van desde juegos, hacer trabajos para la escuela o ver las fotos de la función del cole. De esta manera estará mucho más cercano a su nieto, para quien las nuevas tecnologías le han acompañado toda su corta vida.
- Comparta sus aficiones: los niños de todas las edades tienen que manterse activos. Seguramente practique algún deporte o participe en algún otro tipo de actividad. Muestra interés por ello, tu nieto agradecerá que vayas a verle entrenar o le escuches tocar la flauta mientras ensaya.
- Hágale partícipe de su mundo: nuestros nietos agradecerán que les hagamos partícipes de lo que nos gusta. Pídele que te ayude a cocinar algún postre especial o llévale un día contigo a la biblioteca a la que vas normalmente.


- Sus padres: grandes desconocidos.las historias que podamos contarle a nuestro nieto sobre la vida de sus padres cuando eran pequeños harán que el niño se identifique más con ellos, y enriquecerá el concepto "familiar" al tener un sentido de la continuidad de la familia.
Disfruta de tus nietos sin olvidar nunca las normas y obligaciones que sus padres han decidido, aunque te parezcan mal: las generaciones son distintas y eso implica diferentes criterios de educación, asiesque nunca asumas la tarea "criadora".

Nuestros hijos han sido educados por nosotros por lo que su principal influencia educadora se basa en su experiencia vivida.

Nosotros como abuelos ya jugamos un papel preponderante e irremplazable en el desarrollo de nuestros nietos: disfrutemos de ello.
Fuente: Tercera-edad.org
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El arte de ser abuelo

• Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.

• No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
• Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.

• Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.

Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos –o de los nietos, cuando se lo permiten–, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.

Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar.

Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.


Una abuelita y bisabuelita muy querida por su familia

El Papel trascendente los abuelos

Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar.
La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.

El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado.

La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor.


"Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre! "
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000


Por: enplenitud.com

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Los Olvidos de la Edad

Seguramente en alguna ocasión no recuerdas donde dejaste las llaves o quizás el nombre de una persona, esto es normal, sin embargo con la edad las fallas de la memoria pueden ser algo más importante.

Alzheimer

Esta es una enfermedad progresiva que ataca al cerebro y genera como consecuencias limitaciones de la memoria, el razonamiento y el comportamiento en quien la padece.
Este mal afecta aproximadamente a 22 millones de personas en todo el mundo, siendo la más común de las enfermedades que causan demencia.

A medida que uno envejece, el riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer aumenta, pero es importante saber que la herencia es otro factor: tener un pariente consanguíneo cercano, como un hermano o una hermana o un padre que desarrolló la enfermedad aumenta el riesgo.

La causa del mal del Alzheimer no se conoce por completo, pero se cree que abarca tanto factores genéticos como ambientales. El diagnostico temprano es difícil porque su comienzo es lento y se puede confundir con los síntomas de otras enfermedades.

Síntomas:
  • Perdida gradual de la memoria
  • Disminución de la capacidad para desempeñar tareas de rutina
  • Incapacidad para discernir
  • Desorientación (la persona no sabe donde está o quien es)
  • Cambios en la personalidad
  • Dificultades del aprendizaje y pérdidas de las destrezas verbales
  • La velocidad de los cambios varía de una persona a otra.
  • Aunque no hay cura para el mal del Alzheimer las medicinas y los cuidados adecuados ayudan al paciente y a la familia.

Demencia Senil

Debido a que existen diversos tipos de demencia la Organización Mundial de Salud identificó 20 tipos. Aquellos que tiene que ver principalmente con la edad tienen relación con el Alzheimer, un accidente vascular y el mal de Parkinson.
Una demencia vascular es causada por un accidente cerebro vascular que ocasiona que una parte del cerebro deje de recibir sangre lo que ocasionaría la muerte de las neuronas de la zona afectada. Una diferencia con la demencia por Alzheimer es que su inicio suele ser más precoz, además es más frecuente en varones que en mujeres. La demencia por un accidente cerebro vascular es una de las pocas que se pueden prevenir, ya que un tratamiento temprano de la hipertensión puede reducir las probabilidades de padecerla en un futuro.

Mal de Parkinson

Se presenta cuando las neuronas del cerebro que producen la dopamina se destruyen lentamente y eso afecta la movilidad de los músculos: hay temblores o rigidez, dificultad para controlar los movimientos y también demencia.
La demencia provocada por el mal de Parkinson suelen padecerla entre un 20 y un 60% de los enfermos. El inicio tardío de la enfermedad de Parkinson (en personas mayores de 70 años) va asociado con un mayor riesgo de padecer demencia.


Cuidados.

En cualquier caso, es importante que la familia y el adulto mayor reciban atención especializada para enfrentar los cuidados y los cambios de vida que traen consigo el padecer este tipo de enfermedades. Actualmente existen fármacos que ayudan a disminuir los síntomas y mejoran la calidad de vida del paciente.
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Enfermedades de la Tercera Edad

Con la llegada de los años es inevitable el desgaste del organismo y aparecen algunas enfermedades, ya sea por predisposición genética, estilo de vida o justamente por la edad.

El sistema endocrino metabólico es el encargado de producir las hormonas que regulan muchas de las funciones del organismo, por ejemplo la forma en que se procesan los nutrientes de los alimentos y como estos llegan a las células. Las alteraciones en dichas hormonas producen enfermedades que se pueden agudizar con la edad.

Presión Arterial alta y ateroesclerosis

La presión arterial es la fuerza con la que el corazón bombea la sangre contra las paredes de las arterias. Cuando ésta aumenta, puede causar serios problemas como la insuficiencia cardiaca, renal o incluso infartos. Una de las causas que aumenta la presión arterial son los niveles elevados de colesterol ya que se forman placas dentro de las arterias (arterosclerosis) que las obstruyen impidiendo el correcto paso de la sangre por ellas. Es conveniente tener a la mano un aparato para medirla y controlar el consumo de la sal, entre otras medidas. Además de llevar hábitos de vida saludables como realizar ejercicio todos los días, no fumar y disminuir el consumo de las llamadas grasas malas.

Diabetes

Hace años se consideraba una enfermedad de personas mayores, pero los hábitos alimenticios han provocado que los más jóvenes también la padezcan. El cuerpo cambia los alimentos que consumes y los convierte en glucosa. Luego la insulina ayuda a transformar esa glucosa en energía que alimenta las células. Si tú padeces diabetes, eso significa que tu cuerpo no esta fabricando insulina o no la esta utilizando correctamente. Como consecuencia, tendrás demasiada glucosa en la sangre. Son varios factores que provocan la diabetes tipo 2, la herencia es uno de ellos, así como la obesidad. La diabetes puede afectar el funcionamiento del corazón, los vasos sanguíneos, la vista, los riñones, el sistema nervioso, los dientes y las encías, por mencionar algunos. Existen diversos medicamentos para controlar la diabetes, cremas para hidratar la piel del diabético, la ingesta de suplementos especiales, una alimentación adecuada y ejercitarse.

Osteoporosis

Es una enfermedad que consiste en la disminución de la cantidad de minerales en el hueso, esto provoca que se vuelva poroso y por ende, quebradizo. Las personas que padecen osteoporosis son susceptibles a presentar fracturas, principalmente en la cadera y en la muñeca. Las cifras indican que se presenta más en las mujeres que los hombres. Antes que la osteoporosis se manifieste, se presenta la osteopenia. Su aparición se puede retrasar con el consumo adecuado de calcio, tanto en los alimentos como en los suplementos, vitamina D y ejercicio que fortalezcan los huesos. El calcio que se almacena desde la infancia hasta la edad adulta ayudará a evitar la osteoporosis, pues como una cuenta de ahorro que se acumula este valioso mineral para reutilizarlo cuando el organismo ya no produce por sí solo.