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El arte de ser abuelo

• Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.

• No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
• Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.

• Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento puede darnos fortuna si entendemos.

Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos –o de los nietos, cuando se lo permiten–, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.

Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar.

Sin embargo, algunos, al pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella aprendemos a ser felices.


Una abuelita y bisabuelita muy querida por su familia

El Papel trascendente los abuelos

Es importante considerar que el abuelo tiene un papel trascendente en la convivencia familiar. Una encuesta realizada por esta Pastoral, arrojó que los adultos mayores son una pieza clave en la vida familiar.
La actual situación de crisis económica, ha propiciado en los matrimonios que tanto el hombre como la mujer se desempeñen laboralmente; en virtud de ello, reciben la ayuda de los abuelos para cuidar a sus hijos, contribuyendo así con su tiempo y dedicación a que los niños sigan sintiendo el calor de un hogar.

El Concilio Vaticano II habla mucho de la familia y sus valores humanos cristianos: «El bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente unido a la situación favorable de la familia.
La convivencia en familia es necesaria para no sentirnos aislados. El abuelo cuyo deseo es ser útil en la familia, necesita ser escuchado, aceptado, comprendido y valorado.

La serena presencia de las personas de edad avanzada es una bendición para todas las familias y comunidades. Habéis trabajado duramente y por largo tiempo para legar a los jóvenes un mundo mejor.


"Quiera Dios que experimentes el respeto y la atención afectuosa de las personas que nos rodean. ¡Dios los bendiga siempre! "
Juan Pablo II, Jubileo de la Tercera Edad. Domingo 17 de septiembre de 2000


Por: enplenitud.com

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